viernes, 15 de junio de 2018

Estudio en escarlata de Arthur Conan Doyle.

Desde hace mucho tiempo me ha fascinado Sherlock Holmes, por la forma en la que era capaz de resolver cualquier crimen, utilizando una lógica aplastante. Sin embargo, esta obra me ha decepcionado. Debo decir que mis expectativas eran altas y eso ha podido intensificar el desencanto.
Es un libro con el que no conseguí conectar y, cuando parecía revivir la pasión por el que considero el mejor detective masculino de ficción de todos los tiempos,  un flashback literario provocó que la catarsis en la que había conseguido entrar se disipara.
Además, algo que creo que caracteriza las novelas de Doyle, es no saber quién es el asesino hasta el final, lo que no sucede en este libro. Ya que se conoce la identidad del antagonista en la mitad de la obra, lo que a mi parecer quita toda la magia.
No puedo no recomendar este libro, porque la lectura es muy subjetiva y lo que a mí me ha desagradado a otra persona le puede encantar. 
Por otra parte, considero que la lectura es siempre enriquecedora.

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